Reflexiones Eppur

El juego por principio

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO

A menudo, los adultos consideramos el juego como un pasatiempo, una actividad que llevamos a cabo para divertirnos y ocupar nuestro "limitado tiempo de ocio". En ocasiones, transmitimos esto a nuestros hijos e hijas, olvidando la importancia que el juego tiene para ellos/as.

Cuántas veces no habremos dicho "Hoy te has portado mal...esta tarde te quedarás sin jugar" Está claro que a veces es necesario ponerles límites pero... ¿Sabemos la importancia que tiene el juego?

Con este éste post os invito a reflexionar sobre ello desde el punto de vista de la psicología infantil, la cual le da al juego, una importancia suprema para el desarrollo infantil y juvenil. También, te invito a  comprender que jugar, no es algo que se convierte en aquella actividad a realizar sólo cuando tenemos tiempo de sobra...cosa por la que luchamos también los profesionales del ocio y el tiempo libre.

¿POR QUÉ ES IMPOTANTE EL JUEGO?

"Los juegos infantiles no son tales juegos, sino sus más serias actividades" (Michel Eyquem de Montaigne).

A través del juego nuestros peques no sólo se divierten sino que:

- Descubren su entorno y todas las posibilidades del mismo.

- Imitan situaciones, imaginan.... (¿Quién no ha jugado a piratas sólo con encontrar un palo?).

- Aprenden valores emocionales y éticos importantes para la vida.

- Se relacionan, aceptan reglas, conviven con otros niños y con adultos desarrollando habilidades sociales.

 - Integran todo lo aprendido en cada una de las actividades realizadas como en un proceso dinámico y activo de pensamiento. (qué mejor manera de aprender jugando...)

- Mejoran su desarrollo motriz y de lenguaje.

- Con adolescentes es un excelente medio de relación con iguales y resolución de conflictos.

- Nos conocemos a nosotros mismos, expresando emociones y creciendo interiormente.

- Desarrollan su personalidad, estimulan su aprendizaje...

- Se divierten.

- Y... tantas otras cosas....

JUGUEMOS Y HAGAMOS QUE JUEGUEN

Espero ayudar un poco a que familias y adultos hagáis lo posible porque vuestros hijos e hijas sigan jugando, con sus iguales y con vosotros.

En una sociedad en la que a penas tenemos tiempo para el ocio, para jugar. Mostradles, compartid, que conozcan aquellos juegos tradicionales a los que jugábamos cuando teníamos su edad, que jueguen en grupo y no solos, con un ordenador o una maquinita.... ¡Hace falta un empujoncito! Afortunadamente existen profesionales que disfrutan jugando y haciendo jugar, sitios que ponen a nuestra disposición medios, espacios y experiencia para conseguir que los niños salgan más allá de su entorno, se relacionen con otras personas que no son las habituales y por supuesto, padres y educadores que no olvidan lo que han disfrutado jugando y lo que disfrutan aún cuando tienen un ratito para jugar en casa.

Para finalizar, os dejo una cita que me encanta, atribuida al escritor inglés. George Bernard Shaw: "El hombre no deja de jugar porque se hace viejo, sino que se hace viejo porque deja de jugar".

Y ahora es vuestro turno... ¿qué opináis al respecto?

Texto Ludi Navarro

El cuerpo y el movimiento como medios de pensamiento.

Para favorecer una comunicación basada en la creatividad ha de tenerse en cuenta que el niño no reproduce la realidad sin más, sino que la reconstruye a partir de su propio entendimiento y sobre todo de su vivencia. El niño experimenta con su cuerpo desde las sensaciones y percepciones que le llenan de información desde todos sus sentidos. Y el cuerpo también es un instrumento de expresión. Se entiende que el niño es el sujeto activo, participa de su proceso creativo y es un elemento consustancial al desarrollo de la personalidad, por lo que es responsabilidad del docente que prevalezca esta práctica en el día a día pese a los cambios legislativos o diversas realidades educativas que se produzcan. Es responsabilidad del docente propiciar espacios para que se produzcan procesos de creatividad lúdica, con lo que hay que facilitar medios para ello desde diferentes propuestas e integrarlas en todas las áreas que el niño debe seguir desde el currículo.

El desarrollo creativo será fruto del establecimiento de aquellos contextos creados en la práctica. La creatividad debe ser entonces un recurso, o mejor dicho un camino globalizador, ya que afecta a otros procesos bien sean cognitivos o afectivos, culturales o corporales. Esto es lo que nos lleva a considerar la acción docente como una acción dentro de un marco de metodología activa, siendo así un aprendizaje vivencial. El drama, el arte, la poesía, la música...no han de entenderse exclusivos de la experiencia creativa y puede ser integrado en ejercicios de juego creativo. La exploración de las ideas y de las emociones compete a todas las áreas o aspectos escolares desde la libertad para expresar, teniendo en cuenta que no hay ideas malas o buenas, sino que son propuestas de actuación. Esto implica una actitud activa por parte del docente.

El impulso del juego nace en el cerebro, no se aprende, es innato en el ser humano. Cuando jugamos, nos movemos, el cerebro produce dopamina, sustancia necesaria para el desarrollo del sistema nervioso. Investigaciones recientes nos advierten que pacientes afectados por Parkinson y niños con déficit de atención o niños hiperactivos tienen niveles de dopamina muy bajos. El movimiento en edades tempranas es necesario para el aprendizaje porque disponemos para nuestra exploración de todo nuestro sistema sensorial.

Nuestros sentidos tienen necesidad de estímulos diversos. Además el ser humano integra algunas percepciones y otras las descarta, por lo que el acto de aprender es algo vivo, dinámico, nuestra vida es un acto de construcción permanente. El acto creativo es una búsqueda constante para ensanchar el mundo, pero debemos considerar con esta premisa que cada persona aprende de forma singular y propia, cada uno procesa de forma diferente lo que aprende del mundo. Tanto es así que para un niño autista, por ejemplo, le podría ser insoportable una caricia. Paradójicamente la belleza, según se mire, radica en que estos niños no descartan aspectos del entorno que a otras personas probablemente se les escaparían.

Casi con seguridad, cuando nos movemos aprendemos y por tanto podríamos estar construyendo pensamiento. Ordenamos y reorganizamos ideas, informaciones, ritmos y expresiones de forma que, si se diese visibilidad a estas nuevas realidades que del movimiento derivan y pudiéramos verlo, serían posiblemente un nuevo arcoíris lleno de varias dimensiones. Bruner decía que el juego es una proyección del mundo exterior; el aprendizaje interioriza estas acciones a un mundo interior transformándonos a nosotros mismos. 

Shopenhauer sugirió que sólo a través de nuestros cuerpos tenemos acceso directo al conocimiento. 

Texto Janet Val Tribouillier (Reflexiones en torno a la Educación infantil y la primera infancia Ed. ommpress educación)

Conciliando Encuentros.

Reflexion sobre algunos aspectos de conciliación familiar y laboral 

Como trabajadora social en una Escuela de Familias, encuentro muchas complicaciones en el abordaje y establecimiento real de formas adecuadas, que posibilitan la conciliación de las estructuras familiar, personal y laboral.

No se trata sólo de la cantidad de medidas que el estado pone en marcha, con la intención de potenciar el correcto cuidado de la familia. No podemos olvidarnos como profesionales, que existen ciertas dificultades en el acceso a los derechos, pero también hay que reflejar sobre la existencia de obligaciones directas e indirectas hacia los individuos. La mezcla de ambas cosas, es la que agudiza la presencia de la desigualdad social.

Las obligaciones pueden venir impuestas por un suceso o necesidad (por ejemplo la necesidad de trabajar para poder comer), pero también pueden ser costumbres, normas culturales y educativas, expectativas autoimpuestas e impuestas socialmente, y que impiden el efectivo desarrollo social, moral, personal, ético y libre de los seres humanos.

No es difícil encontrarme con mujeres y madres, que viven con angustia por su reincorporación al mundo del trabajo, pensando que es demasiado pronto para dejar a su bebé, y viviendo el momento como un abandono de su cría. En esa situación aparece un sentimiento de culpa, ya que de forma natural, la mujer continuaría cuidando a su bebé, porque siente que todavía no está preparado para dejarle solo. Y ella tampoco está preparada para hacerlo. Es un claro ejemplo de que la necesidad y obligación de trabajar, para poder cubrir unas necesidades básicas, está por encima de su derecho para disfrutar de una excedencia.

Pero también es fácil que me encuentre con mujeres, que previamente a su maternidad, adquirieron puestos de trabajo que les motivaban personalmente. Mujeres formadas y preparadas que desarrollaron carreras profesionales y de reconocimiento social. Es decir, mujeres valiosas socialmente, que adoran su desempeño profesional, y que sin embargo, se ven obligadas o abocadas a tener que abandonar su trayectoria laboral, porque de alguna manera la sociedad, ha marcado el fin de su etapa laboral y el inicio de su etapa maternal y familiar.




Tenemos que reconocer que existen unos condicionantes sobre los comportamientos esperados de las madres. Estos prejuicios, afectan directamente en los comportamientos que las estructuras sociales mantienen hacia ellas, (no contratar mujeres), y en el comportamiento que las madres tienen hacia las distintas estructuras sociales (solicitar excedencia porque se espera que cuide de mi bebé).

Estas, son dos casuísticas, (en principio sólo dos), estoy segura de que habrá más, dada la rápida evolución y diversidad social en la que vivimos, que dan origen a la desigualdad en diversos aspectos y que generan varios impedimentos para conciliar mejor la vida familiar y laboral.

Fijaros bien en estos dos casos. Como profesional de lo social, considero que las herramientas y recursos, que actualmente tenemos, para potenciar la igualdad y la conciliación familiar, laboral y personal, no tienen la suficiente fuerza para solventar estos conflictos.

Porque el trasfondo de estas situaciones no es otro, que asumir la necesidad de un salto a nivel social y cultural. La atención familiar no es sólo responsabilidad de la mitad de la población. Que una región tenga individuos sanos y educados en valores, repercute de forma beneficiosa en toda la sociedad a largo plazo. Y de igual forma, prescindir o impedir, que figuras valiosas colaboren en el avance, progreso científico, social y educativo, perjudica globalmente a largo plazo.

Evidentemente, nuestra profesión, como palanca de cambio y como herramienta efectiva en una metodología de trabajo que genera CONCIENCIA SOCIAL, se hace necesaria.

De nuevo palpamos que la exclusión del Trabajo Social, cuando se trata de tomar medidas políticas y sociales, sale bastante caro.

Texto Ana Eva Alameda

© 2015 Asociación Eppur. Madrid 
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar